Me gustaría tener un mundo paralelo, donde no existe el ayer ni el mañana, donde solo importara el ahora. Donde no hubiera ataduras morales a los sentimientos, a los deseos, a los sueños. Donde soñar despierto sea un ejercicio de obligado cumplimiento y esos sueños se pudieran decir en voz alta, sin miedo al ridículo, a la mofa de los sabelotodo, infelices y solitarios.
En este mundo te daría un beso cuando me apeteciera y lloraría contigo si quisiera, podríamos hablar con libertad, compartir vivencias y experiencias para yo aprender de ti y tu de mi.
En mi mundo paralelo cabrían todos, blancos, negros, amarillos, hombres, mujeres, todos quienes quieran amar al que tienen al lado, sin preocuparse de su apariencia, pensamientos u orígenes.
Solo habría una Ley, imprescindible para vivir en mi mundo paralelo que sería cumplir la ley universal de querer y respetar al prójimo como a ti mismo, pero amarlo con plenitud, poniéndose en su lugar en los momentos duros, llorando con él, riendo con él y viviendo en común cada instante de nuestras vidas.
Si estás dispuesto a vivir en mi mundo paralelo, te invito que juntos un día haremos que este mundo deje de ser paralelo para ser el verdadero.