En el viejo banco

Mi refugio, mi encuentro, mi desesperación
martes, 7 de diciembre de 2010
sábado, 4 de diciembre de 2010
viernes, 3 de diciembre de 2010
Aún sigo vivo
Mientras me siga emocionando cuando escucho una canción,
me seguiré sintiendo vivo.
Si cada vez que vea tus ojos, el corazón me late más fuerte,
me seguiré sintiendo vivo.
Cada día muero mil veces, las mismas que resucito
porque me siento vivo cuando se que estás ahí.
me seguiré sintiendo vivo.
Si cada vez que vea tus ojos, el corazón me late más fuerte,
me seguiré sintiendo vivo.
Cada día muero mil veces, las mismas que resucito
porque me siento vivo cuando se que estás ahí.
jueves, 18 de noviembre de 2010
miércoles, 27 de octubre de 2010
Hace tiempo que no me siento en mi viejo banco, mal hecho por mi parte, porque desde aquí, se ven las cosas con más nitidez, más cordura y más sencillez.
A ti que estás leyendo esto, que solo te acercas por curiosidad. Gracias por estar ahí, al otro lado de la montaña, pero tan cerca que casi te puedo rozar.
Tu perfume me acompaña en mi mente, tu sonrisa ilumina mi rutina y tu corazón es el cobijo de mis malos momentos.
Gracias por asomarte a este micromundo aunque sea por curiosidad.
A ti que estás leyendo esto, que solo te acercas por curiosidad. Gracias por estar ahí, al otro lado de la montaña, pero tan cerca que casi te puedo rozar.
Tu perfume me acompaña en mi mente, tu sonrisa ilumina mi rutina y tu corazón es el cobijo de mis malos momentos.
Gracias por asomarte a este micromundo aunque sea por curiosidad.
miércoles, 22 de julio de 2009
Me siento Pequeño
Porque a veces me siento tan pequeño, que ni siquiera sois capaces de mirar hacia abajo, para ver que os estoy pidiendo que me sonriáis, que tan solo no me piséis con vuestra cara de felicidad fingida y maquillada de sonrisas ajenas.
Necesito hoy retirarme a este mi viejo banco, donde desde hace años me siento a ver la vida pasar, para encontrarme conmigo mismo y corregir lo que creo que no tiene remedio, y es la constante sensación de no saber donde está el fin, el fin de mi locura, el fin de mi agotador día a día, de esta guerra interior con lo que soy y quiero ser.
Me refugio en la mirada furtiva que me regala, en el simple roce de tu piel, en la constante sensación de que pronto pasará.
Necesito hoy retirarme a este mi viejo banco, donde desde hace años me siento a ver la vida pasar, para encontrarme conmigo mismo y corregir lo que creo que no tiene remedio, y es la constante sensación de no saber donde está el fin, el fin de mi locura, el fin de mi agotador día a día, de esta guerra interior con lo que soy y quiero ser.
Me refugio en la mirada furtiva que me regala, en el simple roce de tu piel, en la constante sensación de que pronto pasará.
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